A los 20

Fue a los 20 mi primera vez, tengo recuerdos vivos de ese momento, recuerdo que comía un plato de Spaghetti con una salsa de verduras, ¡UY!, no te imaginas como comía y comía, tragaba, comía, tragaba con pasión y con muchísima hambre. Después del tercer plato decidí dejar de comer, como imaginarán estaba algo preocupado...

¿Sabes?, creo que comía porque sabía que lo que había hecho no estaba del todo bien.

Ella quedó tirada en la cama, no se movía, lo bueno es que no sangró mucho y fue una penetración con algo de dolor pero rápida, y claro luego de eso fui a comer, imagínate que a esa altura ya no se movía y los spaghetti me los preparé solo.

Mientras comía, solo en la mesa, clarifiqué mi perturbada mente y empecé a imaginar lo que vendría, pues entendía que el padre de esta chica llegaría a pedirme explicaciones y quizás estaría acompañado.

Unos minutos después encendí un cigarrillo para la digestión. Ja ja ja ja, y bueno lo que sigue... Mientras tanto esperaba la llegada de este o estos tipos.

Un cigarrillo tras otro y ya no eran para la digestión sino para no sentirme solo, pues ella ni un pío... ni... ni nada... hhh uf... ni nada...

Me sentía satisfecho pero con miedo, debía enfrentar a ¿Mi suegro?, el tipo ese.

Hora tras hora, perdí la cuenta de cuantas horas fueron las que llevaba esperando y a eso de la media noche percibí unos pasos en las cercanías de las cuatro paredes en las que habitaba... de pronto el toc-toc de la puerta, se me hacía insoportable, toc-toc-toc-toc-toc... y bla bla. Me paré luego de estar sentado por horas en la misma silla y fumando el último cigarrillo de la caja decidí enfrentar al caballero –espero que venga solo- pensé en ese momento. Cranch el maldito sonido de esa puerta cuando se abre y “abra-cadabra” el viejo se había multiplicado... este tipo era un abogado de renombre… que horrible mi desgraciada suerte, encima él más un par de tiras que saludan con una perspicacia casi abominable

Ahí estaba, con su teléfono celular listo para llamarme -menos mal- dijo prepotentemente, lo hice pasar y los tiras miraban acuciosos para encontrar pistas, y bueno, no había que ser un entendido en el tema para entrar al dormitorio y verla postrada en el camastro que poco tiempo atrás había adquirido.

Mi cuerpo se movía solo, respondía a estímulos que no le enviaba y retrocedía centímetro a centímetro hasta llegar a una esquina donde colgaba una pintura de Dalí.

Ella, tirada en la cama, yo semi-escondido en la esquina de mi casa, el viejo mirando la olla y los tiras entrando a mi pieza.

Mi mano izquierda estaba completamente sudado mientras ellos revisaban y jugaban a buscar el tesoro escondido, yo alzaba mi mano derecha para levantar el cuadro tan solo un poco y con la izquierda sacar el revolver que escondía, por cualquier cosa, ¿normal no?... en un par de segundos y silenciosamente logré hacerme del arma –ja ja, como si lo hubiese ensayado- dije –¿Qué?- preguntó el padre cuando los tiras salen del dormitorio excitados y gritan lo más fuerte que pueden –Al suelo, policía- BANG, BANG, estremecieron mis oídos...

Una mujer acuchillada en mi cama, dos policías tirados en la entrada de mi pieza y un viejo asustado mirándome.

Dos balas, para dos balazos; una cuchilla, para una acuchillada; y un viejo para mandarme a la cárcel.

¿Lo hará?...

Esta historia no continuará... por CWBravoCea

Nif.

1 comentario:

Brock dijo...

deskiziada estas deskiziada